jueves, 24 de mayo de 2007

Así nada más

He recibido varios consejos, con respecto a lo que sucedió en mi post anterior. Quiero agradecer a todos quienes aportaron su granito de arena.

Del tipo nunca más supe. Luego que me dejó en mi casa, nos enviamos varios mensajes de texto. Me dijo que llamaría en la noche y no lo hizo. Cuando se lo pregunté (a través de un mensaje de texto), dijo: “para qué? Para volver a escuchar un NO”. El sábado fue el último día que contestó mis mensajes. Después no contestó mis llamadas, ni mis mensajes, ni mis correos. El lunes por la noche cuando lo llamé por última vez, cerré el capítulo.¿Qué puedo pensar? Que me quería para eso nada más! Ahora sé, lo que tengo que hacer cuando vuelva a sentir esa química loca... ésa, que no se siente todo el tiempo y con todas las personas. Esa conexión que se siente pocas veces en la vida. No me arrepiento de haber dicho no, pero sí que siento, que me quedé con las ganas. Para otra vez no me quedaré con las ganas y descubriré lo que hay en él. Sin más... así nada más.

He estado pensando y talvez analizando mi situación, al parecer yo digo cosas que hacen pensar al otro que busco compromisos. Ya pasó esa etapa en que yo quería formar un hogar y tener hijos. Ahora no quiero eso para mi. Disfruto mucho mi soledad y mi casa. No quiero compartirla. En fin... necesito un hombre para satisfacer mis deseos, pero no cualquier hombre tampoco, quiero que sea alguien que me haga sentir esa química irresistible, pero que además sea un buen amante. Pero a la vez, quiero que esa persona me tenga sólo a mí, para saciar su sed de amor y yo lo tenga sólo a él... ¿se entiende? Comprometidos... pero no comprometidos... fieles el uno con el otro, pero respetando nuestros espacios y nuestros tiempos. Eso es lo que quiero!

martes, 8 de mayo de 2007

Reticencia

Otra vez apareció el rectángulo gris al borde superior de la pantalla, cuando se inició la sesión del MSN. Alguien quiere hablar conmigo. Acepto... no muy convencida.

(Leyendo un libro que me prestó un amigo, decidí finalizar mi búsqueda, entendí que mejor me quedaba sola. Por falta de tiempo, no borré mis datos de la página busca parejas).

Pero alguien me saluda de manera muy agradable. Escribe bien y eso es un punto a favor, importante para mi, sin faltas de ortografía y buena redacción.

Es entretenido. Me pide mi celu y se lo doy para que me llame en la tarde, después del trabajo. Pero voy en la primera micro y ya me está llamando, luego voy en la segunda micro y vuelve a llamarme, le digo que aún no llego a casa y cuando llego allá, me vuelve a llamar (¡cuanto interés!). Hablamos... me invita a cenar y me niego. ¿Cómo voy a ir a cenar con un desconocido, si ni siquiera sé como es. No tiene foto en su PC, (aunque igual me engañan con fotos falsas). Así que, me niego a que vaya a buscarme para ir a cenar.

En la noche cuando ya estoy metida en mi cama vuelve a llamarme, ya estoy pensando que no me va a gustar, porque cuando llega uno insistente que me acosa, a mi no me gusta. Siempre ocurre así, cuando me intereso por alguien a ese alguien no le intereso... pero cuando yo le intereso a ese alguien a mí no me interesa él.

Cuando volvemos a hablar me invita a almorzar y me vuelvo a negar. Hasta que finalmente acepto un café (aún no me convence mucho). Su conversación mientras tanto, es muy interesante, se nota una persona muy culta (es abogado) y sus letras y su forma de escribir me atraen como imán... Me siento muy atraída (pero no muy convencida). Entonces me plantea un acuerdo: “Cuando nos encontremos, yo te voy a saludar. Si no hay química tú pones tu mejilla... pero, si hay química... tú pones tu boca”.

Me parece un acuerdo razonable. Acepto, y voy a su encuentro. Sin expectativas (porque creo que no me va a gustar). El baja de su auto y yo lo miro. No es feo, pero tampoco lo encuentro atractivo. Subimos a su auto y luego de acomodarnos me dice:

- “Nosotros tenemos un acuerdo

Me sonrío. Es encantador. En su auto hay una atmósfera embriagadora con su perfume mezclado con tabaco (¿porqué la mezcla de perfume y tabaco despierta de inmediato mis sentidos? Me excita ese olor, su perfume huele delicioso), me acerco a él... y pongo mi boca... siento como unos labios me besan suave, esa boca se come la mía sin que su lengua, o la mía intervengan... siento como esa boca me encanta, sus labios son blandos como los míos y disfruto de ese beso tan rico, entonces saco mi lengua ansiosa y curiosa, porque quiero explorar su boca y recorrerla toda (aunque en esa posición mucho no se puede hacer). Qué cosa tan maravillosa, qué delicia es besar su boca.

Cuando estamos en el café, sentados frente a frente me dice: “no me mires así que te agarro a besos aquí mismo”.

Me va a dejar a mi casa. Entra... le muestro parte de mi casa. Debe irse porque tiene una cena con su hijo, pero cuando se va a despedir, comienza a besarme de nuevo, con muchas ganas, con mucha pasión... yo lo abrazo con ganas, me gusta... me atrae. Me gustan los hombres que emiten gemidos cuando los beso... y él me hace sentir que le gustan mis besos.

Suavemente desliza una mano hacia mi pecho izquierdo... Yo no lo detengo... me gusta.. luego acerca su otra mano y hace lo mismo. Empieza a desabotonar mi blusa... sigo dejándolo... se encuentra con mi camiseta. Suelto una risilla, pero él mete sus manos por debajo de ella y quiere subirla... no, eso no... trato de detenerlo pero no soy muy convincente. No quiero detenerlo. Entonces, desabrocha mi sostén y coge mis pechos entre sus manos. Me pellizca suavemente los pezones y ellos reaccionan erectándose. Tomo su cara entre mis manos y le doy besos en las mejillas y en la frente... me inspira tantas cosas... me embriaga... Pero escapa de mis caricias y pierde su cabeza entre mis pechos. Los besa... y lo hace increíblemente bien. Sin que me de cuenta desabotona mi pantalón... me llama por mi nombre... me mira... y me dice que me desea... yo no quiero que toque más allá, ahora sí tengo que detenerlo, pero su mano ya ha llegado a mi sexo... no... me aparto un poco, tengo que detenerlo. No puedo deja que siga más allá.

“Esto es un juego... en el que ganas o pierdes. Si te entregas a él... habrá ganado y tú habrás perdido”

Y no quiero volver a perder. Ya perdí la guerra anterior. Por más que me aguanté o demoré la batalla, igual perdí... no quiero perder de nuevo.

- “¿Quieres pasar la noche conmigo?”

No... “¿Quieres pasar la noche conmigo?”... No... y volvió a preguntar y volví a responder. Lo acompaño hasta la puerta y me dice: “te vengo a buscar a las once, quieres pasar la noche conmigo?”... No.

- “Júrame que no quieres pasar la noche conmigo”.

No puedo jurar... no quiero jurar y sí quiero pasar la noche con él. Lo abrazo y lo beso. El entiende y se va. Yo me muero por pasar la noche con él, pero no quiero que me tome por una mujer fácil. Y por otro lado no quiero perder de nuevo. No quiero entregarme porque no quiero que se vaya como los otros... y siento contradicciones...quiero hacerle el amor y sé que con él será diferente que con los últimos que he pasado, a los que sólo les he entregado un 50%... con él siento que me entregaré por completo y quiero dárselo todo. Siento un magnetismo muy intenso por él... y me recuerda una relación muy importante de mi vida. Las cosas se han conjugado casi de la misma manera... es la conjugación de la tierra con el agua... la conjugación del amor y la pasión... y presiento que voy a perder la cabeza por su amor...

viernes, 4 de mayo de 2007

Ayer... y hoy


”Siempre me traiciona la razón
y me domina el corazón.
No se luchar contra el amor
Siempre me voy a enamorar
De quien de mi, no se enamora,
Es por eso que mi alma llora,
Y ya no puedo más,
Ya no puedo más,
Siempre se repite esta misma historia...”


Y conectada a los auriculares de un Personal Cd Stereo, escuchaba aquellas canciones. Mientras paseaba por la Alameda, en un inminente invierno... bajo mis pies, una alfombra de hojas amarillas, que deambulan de un lado para otro como hojas juguetonas, arremolinadas por el viento.

Como cambian los tiempos. Ayer escuchaba mi música en un gran Personal Cd que ocupaba casi todo el espacio de mi cartera... y hoy... escucho las mismas añejas canciones, pero en un minúsculo Pendrive de un Giga de capacidad... que pesa... nada! Y ocupa una ínfima parte en mi indumentaria.

Antes me faltaba Cd para completar el camino a casa... hoy, en una semana doy la vuelta por las más de 250 canciones que tengo grabadas.

Los tiempos cambian y doy paso al progreso, pero ¿mi corazón qué? Se ha quedado en el pasado... ilusionando el día que él vuelva... que vuelva el amor, o esa sensación de enamoramiento.

Me sonrío en mi cama... boca abajo, apoyando estos papeles en la almohada, donde escribo estas letras, con el pendrive conectado a mis orejas... es tan rico vivir sola. Es tan rico hacer lo que uno quiere, ser dueña del control remoto, de la televisión, de la música... dueña del silencio... y, ¿para qué complicarme la vida?


“Que sabes de cordilleras
si tú naciste tan lejos
hay que conocer la piedra
que corona el ventisquero,
hay que recorrer callando
los atajos del silencio”...